Para comprender qué y cómo es un gameto es fundamental tener conocimientos de Biología. Así podremos saber que esta palabra identifica a las células sexuales, tanto femeninas como masculinas, cuya unión permite originar un nuevo ejemplar de animal o especie vegetal, según cada caso.

Así como hay gametos masculinos (tal como se define a los espermatozoides que tienen la misión de fecundar el óvulo y tienen la particularidad de ser pequeños y tener una gran movilidad) y gametos femeninos (el óvulo, se destaca por no tener movilidad, tener un tamaño considerable y contiene nutrientes para favorecer el desarrollo del organismo) abarcados por el conjunto de los heterogametos (que son específicos en cada género), es posible hallar otras clasificaciones que contribuyen a aportar información de interés sobre el tema.

Quienes se especializan en cuestiones genéticas, por ejemplo, reconocen como gameto 2n o gameto no reducido a la célula reproductiva que posee la misma cantidad de cromosomas que el organismo donde se ha originado. Esto ocurre por inconvenientes en la meiosis, por el reemplazo de este fenómeno por el proceso de mitosis o bien porque tras la meiosis se ha duplicado la cantidad de cromosomas.

También es importante tener en cuenta que se define como isogameto a aquellos que son idénticos tanto en la función que poseen como en su forma. A veces, no es posible que se logre la unión de gametos procedentes de una misma célula: para que pueda concretarse tiene que haber compatibilidad entre las estirpes. Por eso se los suele considerar, según corresponda, como gametos positivos y gametos negativos con fines de reproducción.