Para desarrollar una gran cantidad de productos y materias primas es necesario que se pongan en marcha fábricas especializadas en diferentes rubros. En ellas el personal humano cuenta con maquinarias y herramientas, además de asistencia tecnológica, para llevar a cabo la tarea de fabricación de algo.

Hay en el mundo múltiples clases de fábricas: fábricas de papel, fábricas textiles, fábricas de automóviles, fábricas de harina, fábricas siderúrgicas, fábricas de colchones, fábricas de ladrillos, fábricas de calzado, etc. La oferta, como resulta evidente, es amplia y satisface la demanda de distintos tipos de clientes.

Resulta interesante resaltar además que el término también se aprovecha en otras expresiones para hacer referencia a muchas otras cuestiones. Los expertos en Informática, por ejemplo, reconocen como fábricas de software a las empresas que se dedican a la elaboración de software a medida de cada cliente. Asimismo, señalan como fábricas digitales a las redes de métodos y modelos digitales que contemplan procesos de visualización en tres dimensiones y simulaciones para reproducir de modo virtual todos los procedimientos que se requieren concretar en la práctica.

Cuando se habla de fábrica recuperada, en tanto, se alude al fenómeno social que lleva a un grupo de trabajadores a trabajar para reimpulsar una empresa que dejó de funcionar a fin de retomar la producción y mantener así sus fuentes laborales.

Por último, hay que saber que una marca de fábrica es una seña o identificación que un fabricante plasma o añade a los productos que desarrolla para dejar evidencia de su trabajo y reconocer sus artículos.

Muchas veces los artistas eligen crear hermosos paisajes con un faro como protagonista de la inspiración vinculada a los entornos costeros. Este elemento se asocia a la luminosidad, el brillo y la claridad ya que, en verdad, se trata de torres de gran altura desde las cuales surgen luces para guiar y servir de referencia a los navegantes durante las noches. En territorio argentino, por ejemplo, se localiza el Faro de San Juan de Salvamento (popularmente conocido como El Faro del Fin del Mundo) mientras que en Portugal es posible apreciar al Faro de San Julián. El Faro del Pescador (Cantabria) y el Faro de Qilaibi (Taiwan) son otras torres que permiten comprender cómo es y para qué sirve, en la práctica, un faro.

Si uno repasa los alcances de este término no tardará en descubrir la existencia de muchas clases de faros.

En la parte posterior de los automóviles, por señalar un caso específico, se ubican los llamados faros pilotos que permiten indicar la posición del vehículo, donde también pueden reconocerse faros escamoteables. Así se conoce a una alternativa de luminaria que se puede esconder o disimular mientras no está siendo utilizada.

Si profundizamos en la categoría de faros vehiculares encontraremos además a los faros antiniebla que tienen el objetivo de emitir una señal luminosa para casos donde la visibilidad es mala, ya sea como consecuencia de una tormenta, niebla, polvo o nevadas. En los automóviles de competición, por otra parte, es posible hallar faros supletorios que mejoran la visibilidad cuando se circula de noche o con condiciones meteorológicas complicadas.

Cuando compramos o recibimos de obsequio una prenda de vestir nueva, solemos encontrar una etiqueta con detalles del producto (marca, talle, etc). También los vinos y otras mercaderías incluyen una etiqueta o rótulo para detallar sus características.

En las redes sociales, por otra parte, se han puesto de moda las etiquetas, también conocidas como “hashtag”. Se trata de una o más palabras a las cuales se les añade por delante el símbolo numeral. Por ejemplo: #SoyFeliz o #BuenasNoches. Cabe destacar que, en el lenguaje informático, cada tag o etiqueta sirve para desarrollar páginas con HTML.

Para acontecimientos importantes y solemnes, por agregar otro uso del concepto, se suele solicitar a los invitados asistir vestidos de etiqueta.

Al repasar las aplicaciones de este vocablo, además de otras definiciones hallamos numerosas categorías. Así sucede, por mencionar algunas a modo de referencia, con las etiquetas ecológicas que identifican a productos que, por su elaboración o materias primas, generan un impacto mínimo sobre el medio ambiente.

Existen, asimismo, las etiquetas autoadhesivas que se pueden personalizar para, entre otros fines, facilitar el reconocimiento de ropa o útiles escolares (para que un niño no pierda sus objetos personales o se confunda sus pertenencias con las de un compañero) así como para decorar souvenirs de cumpleaños. Según el material o superficie donde se la aplicará, se puede optar entre etiquetas bordadas, etiquetas pegadas, etc.

El formato de cada diseño, independientemente del uso que se le vaya a dar a cada rótulo, permite distinguir asimismo entre etiquetas redondas, rectangulares, cuadradas, etiquetas con apariencia de corazón, trébol, etc.

Cuando un alumno no asiste a una clase se le cuenta una falta o inasistencia. Lo mismo ocurre cada vez que una persona no se presenta en su lugar de trabajo o en un evento al cual estaba invitada. Si el individuo escribe de manera incorrecta las palabras (por ejemplo, pone ‘b’ en lugar de ‘v’ o ‘c’ en vocablos que llevan ‘s’ por detallar algunas posibilidades), entonces se dice que tiene faltas de ortografía.

También se habla de falta cuando existe una carencia o privación (“A esta planta le falta un poco de agua”, “Le cortaron el servicio por falta de pago”), así como al producirse entre deportistas un choque o agresión que excede los límites (“El árbitro sancionó la falta y cobró un tiro libre”, “En el partido de anoche, al seleccionado argentino de básquetbol le sancionaron cuatro faltas antideportivas”). Los expertos en Derecho, en tanto, apelan a este término para aludir a una contravención o infracción, es decir, a una acción antijurídica que no llega a ser considerada como un delito: aún así, es posible distinguir entre faltas leves, faltas graves y faltas reiteradas, según cada caso.

De aprovecharla como sinónimo de algo que se necesita y no se tiene por alguna razón, la noción permite aplicaciones como “Lo único que falta comprar para hacer el postre es azúcar”, “A esta comida le falta sal”, “A mi hijo le podrán faltar muchas cosas materiales, pero no le falta amor”.

Como se desprende de las descripciones realizadas líneas arriba, hay una amplia variedad de faltas.

A diario recibimos estímulos de diversas fuentes que nos llevan a reaccionar con la mente y/o los sentidos. Ante un cierto agente externo o incitación, en nuestro organismo evidenciamos una reacción específica.

Gracias a nuestros sentidos podemos responder frente a diferentes estímulos del entorno que nos rodea: encontramos allí estímulos auditivos o sonoros (a través de los sonidos), estímulos olfativos (a partir de olores), estímulos táctiles (mediante distintas texturas), estímulos visuales (que provocan la atención de nuestros ojos) y estímulos gustativos (los cuales provocan reacciones valiéndose de sabores). Por ejemplo: al rozar o tocar una estufa encendida inmediatamente reaccionamos al estímulo caliente, que según sea la intensidad del contacto incluso nos llegará a doler la zona donde recibimos tal estímulo y nos llevará a modo de respuesta a retirar el cuerpo de dicho lugar.

De acuerdo a los expertos en Psicología, existen los estímulos incondicionados (aquellos que generan reflejos sin que sea necesario aprender algo antes) y los estímulos condicionados (surgen cuando un reflejo se asocia a un estímulo incondicionado).

Los estímulos aversivos, por su parte, tienen la particularidad de ser desagradables para los receptores. Pueden surgir con carácter social o físico en numerosas circunstancias, especialmente en las vinculadas al área educativa.

A la hora de aprender algo, a veces se implementa el recurso de los estímulos operantes para generar en el sujeto más chances de adoptar conductas que abarcan consecuencias positivas.

De hacer foco en el modelo basado en un estímulo y respuesta, encontraremos a una clase de investigación donde surge una respuesta tras un estímulo cuantitativo brindado por quien desarrolla el proceso investigativo.

Una equivocación, un desacierto, una confusión y una diferencia entre lo real y lo que se ha calculado constituye una cierta clase de error. Estas faltas, según el contexto en el cual se cometan y los resultados que tengan, pueden considerarse como errores más o menos graves. No es lo mismo, por describir situaciones habituales, un “error de tipeo” que lleva a escribir mal una palabra que un “error de diagnóstico” que lleva a un médico a darle a un paciente un tratamiento inadecuado. Si alguien se confunde en un trámite administrativo, por señalar otra posibilidad, tiene la chance de reconocer su error y pedir perdón, pero si el error de alguien deriva en el fallecimiento de una persona o animal, ya el panorama se vuelve más complejo y delicado.

Todos, a lo largo de nuestra vida, cometemos algún error: lo importante es aprender para no repetirlos, corregir aquello que hacemos mal y tomar todos los recaudos frente a cada acción trascendente para minimizar el margen de equivocación.

Hay, entre muchos otros, errores humanos que llevan a que falle un dispositivo o máquina, errores de apreciación para analizar un determinado problema o dicho, errores de concepto al interpretar una información y errores de medición.

Los expertos en Derecho, en tanto, pueden cometer y reconocer errores judiciales, errores comunes o errores como vicio de la voluntad, mientras que los especialistas en cuestiones informáticas trabajan sobre códigos de error o de errores de programación.

En el plano científico, por otra parte, son habituales los errores de cálculo, los errores de aproximación y los errores experimentales porque es usual que, en un proceso o experimento de laboratorio surjan datos o resultados inexactos.

A raíz de la fricción incesante o fuerte de un cuerpo contra una superficie se evidencia en ella una destrucción, degradación o desgaste que se conoce con el nombre de erosión. Este fenómeno que da como resultado una modificación de terreno o relieve se intensifica por los vientos, los cambios de temperatura y la circulación de agua, entre otros factores.

Hay, en la práctica, muchas clases de erosión que se pueden diferenciar entre sí por los agentes que intervienen, las áreas donde se generan y los resultados que poseen.

Si nos centramos en las particularidades de la erosión hídrica (en la cual el agua es clave), por ejemplo, advertiremos la existencia de la erosión glaciar provocada por el desplazamiento de bloques de hielo, así como también la erosión fluvial suscitada en los continentes por el movimiento de aguas superficiales. Asimismo, hay erosiones surgidas por cambios de fase (cuando se congela agua en grietas abiertas en la superficie de una roca, por ejemplo) y erosiones en las franjas costeras.

El viento, por su parte, genera erosión eólica y modela, en este marco, cada lugar en función de las características de la región. En las áreas desérticas, por ejemplo, provoca que se formen figuras o se ondulen las dunas, mientras que en los suelos húmedos y áridos origina leves ondulaciones sobre relieves mayormente planos.

Sobre laderas de montañas, en tanto, se evidencia una erosión gravitacional que depende de la gravedad, así como en el espacio se hace alusión a la erosión espacial para describir a los procesos que influyen, fuera de la atmósfera, sobre un cuerpo que está expuesto a circunstancias y condiciones complejas e inhóspitas.

Un experimento surge cuando alguien experimenta algo (es decir, hace pruebas y realiza ciertos procesos para investigar reacciones o fenómenos), sin importar si la acción transcurre dentro o fuera de un laboratorio (al aire libre, en el interior de un hogar, etc).

Desde la infancia, todo ser humano realiza experimentos, algunos más rudimentarios y simples que otros. Además de la edad de quien lleva adelante la experiencia y el entorno donde la concreta, varían los materiales empleados y las finalidades de cada procedimiento.

Hay, por ejemplo, experimentos infantiles que se realizan de manera casera para ayudar a los niños a descubrir curiosidades científicas y experimentos polémicos que algunos adultos impulsan muchas veces desde la clandestinidad por ser pruebas que disparan controversias éticas y morales.

También es posible realizar experimentos mentales que, según para qué clase de persona se destine el desafío, tendrá una mayor o menor complejidad.

Los expertos en Teoría de la Probabilidad, por su parte, trabajan con experimentos aleatorios para demostrar que es posible arribar a resultados distintos aún cuando se trabaje con condiciones iniciales idénticas en cada prueba, como sucede al lanzar un dado.

No cualquier individuo, asimismo, está capacitado para desarrollar experimentos nucleares. Estas pruebas, señalan los especialistas en estas actividades, pueden ser atmosféricas (en caso de explosiones contenidas en la atmósfera), subterráneas (bajo tierra) o submarinas (tienen lugar debajo del agua).

Por último, es interesante saber además que un experimento crucial, desde la perspectiva de los científicos, es aquel que sirve de manera concluyente para establecer una teoría o hipótesis que supere a otras similares aceptadas por toda la comunidad científica.

Al asistir al colegio, es común que debamos formar equipos para desafiarnos entre compañeros en el marco de un juego o competencia deportiva. Los equipos también surgen a la hora de llevar a cabo una actividad laboral, donde es frecuente el desarrollo de equipos de trabajo (equipos de investigación, equipos de rescate, equipo de ventas, equipo médico para cirugía, etc). Y según la tradición familiar como simpatizantes de un determinado club, a lo largo de la vida podemos alentar y sentir pasión por un equipo de fútbol en particular (en cada país hay equipos más populares y triunfadores que otros, pero es usual que se genere afición a nivel internacional, como puede ocurrir en Argentina con el FC Barcelona donde juega Lionel Messi).

De vestirnos con una indumentaria especial para una cierta tarea, asimismo, hablaremos de equipos de gimnasia, equipos informales, equipos de nieve, etc. Cuando reunimos una determinada cantidad de elementos y recursos para concretar una misión específica, entran en juego las nociones de equipos de salvamento, equipo de buceo, equipo de pesca o de equipo de primeros auxilios, por mencionar algunos a modo de referencia.

Claro que las clasificaciones que nos permiten comprobar el amplio y diverso alcance del concepto de equipo no se limitan a las mencionadas líneas arriba. Hay además equipos informáticos (conjunto de dispositivos que garantizan el normal funcionamiento de un ordenador), equipos de telefonía (dispositivos que hacen posibles las comunicaciones), equipos de refrigeración (aparatos que sirven para bajar la temperatura de algo y mantenerlo y conservarlo frío) y equipos musicales (sistemas dotados con altavoces, sintonizadores de radio, reproductores de CD o casetes, etc), entre muchos otros.

Escaleras podemos encontrar (y usar) en numerosos lugares: en los juegos de una plaza, en los camiones autobomba de los bomberos, en el interior de una vivienda con más de un piso o planta, en un centro comercial y hasta en las camas cuchetas que suelen adquirir las familias con más de un hijo. Repasar las particularidades y diseños que amplían la oferta en materia de escaleras es la intención de este artículo.

Si nos concentramos en sus mecanismos, por indicar una variable que nos invite a indagar en estos productos, podemos reconocer a las escaleras convencionales (con escalones fijos que debemos subir o bajar con nuestras piernas, como sucede en edificios u hogares amplios) y a las escaleras mecánicas (avanzan de manera automática, con peldaños móviles que nos trasladan sin necesidad de que nos movamos por nuestra cuenta, muy habituales en shoppings o galerías de compras).

La finalidad de sus ubicaciones, en tanto, permite distinguir entre escaleras de servicio y escaleras de emergencia (para facilitan la evacuación de un lugar).

También es interesante recordar que así como hay escaleras fijas de extensión variable (no todas tienen la misma cantidad de escalones), hay escaleras fáciles de transportar para realizar trabajos en altura o resolver dificultades de la vida cotidiana (como pintar un techo). En este marco, se diferencian las escaleras de mano, las escaleras doble o de tijera, las escaleras de cuerda y las escaleras de escapulario.

Las escaleras de caracol, las escaleras imperiales, las escaleras cuadradas y las escaleras con descansos son otras alternativas que amplían al rubro.