Muchas ciudades del mundo están repletas de edificios. Así se conoce a las construcciones, por lo general de más de cuatro pisos de altura, que se destinan con fines de vivienda (edificios residenciales) o bien de trabajo, ya sea para ser ocupados por una fundación, una empresa, etc (edificios comerciales o industriales).
Es interesante tener en cuenta que no todos los edificios tienen las mismas características. No solamente la arquitectura, el diseño y los materiales utilizados en la construcción de cada uno marcan la diferencia: los usos, el tipo de propiedad, la disposición y su sistema estructural son otras variables que contribuyen a la diversidad.
A grandes rasgos, podemos establecer que hay edificios públicos (de orden estatal) y edificios privados (el propietario es una persona ya sea jurídica o física). Para ampliar la información proporcionada líneas arriba, hay además edificios de uso deportivo, cultural, educativo, gubernamental y militar.
Por otra parte, es posible hacer alusión a los edificios adosados, a los edificios entre medianeras y a los edificios aislados, así como a los edificios con estructura de hormigón, con estructura de madera, con estructura pretensada o con estructura de acero, entre otros.
Al buscar más datos que ayuden a identificar edificios, también entra en juego la antigüedad de cada construcción. Hay edificios de gran antigüedad muy bien conservados que forman parte del patrimonio histórico de un país así como edificios modernos que sorprenden con un estilo innovador y vanguardista.
Los edificios verdes, asimismo, se caracterizan por estar motivados por una filosofía ecológica que apuesta por la arquitectura sustentable y aprovecha recursos naturales (el viento, el agua de lluvia, etc) para reducir su impacto sobre el medio ambiente.