A la hora de realizar una costura sobre tela, mucha gente apuesta por coser a mano pero también hay quienes prefiere utilizar una máquina de coser.
Estos equipos que permiten realizar diferentes puntadas y obtener diversos resultados a partir de múltiples clases de hilos se pueden segmentar en dos grandes grupos: el de las máquinas de coser industriales (destinadas a las producciones en serie) y el de las máquinas de coser de uso doméstico (más pequeñas y con características específicas de acuerdo a la tecnología de cada aparato).
Todos estos dispositivos, a lo largo del tiempo, fueron variando en apariencia, tamaño y peso, además de ir ofreciendo también mejores condiciones de uso y ampliando las posibilidades de aplicación. Por eso en la actualidad es sencillo distinguir, más allá de las marcas y los modelos disponibles en el mercado, a las máquinas de coser modernas frente a las máquinas de coser antiguas.
Al buscar alternativas, aparecen como opciones a tener en cuenta las máquinas de coser a pedal y las máquinas de coser eléctricas, así como también hay máquinas de coser portátiles para facilitar sus traslados. Cabe destacar asimismo que, para que en la infancia se puedan tomar las tareas de costura como un juego, también se han desarrollado máquinas de coser de juguete.
Por otra parte, hay que saber que a la hora de elegir una de estas herramientas conviene tener en claro el objetivo de uso ya que existen máquinas de coser de puntada recta (pespuntes), máquinas de coser remalladoras (overlock), máquinas de coser recubridoras (para tejidos de punto) y máquinas de coser basteras (para dobladillos con puntadas no visibles), por mencionar algunas a modo orientativo.