Los expertos en cuestiones de salud definen como vasculitis al conjunto de patologías que generan inflamaciones en distintos vasos sanguíneos. A fin de ayudarlos a conocer de manera simple detalles de este mal que puede presentarse en personas de distintas edades y condiciones físicas, a continuación describiremos cómo son, qué particularidades poseen y qué sintomatologías conllevan las vasculitis.
Las vasculitis, que suelen presentarse acompañadas por síntomas como malestar general, dolores, eventuales hemorragias y fiebre, pueden tener origen inmunitario o desarrollarse a raíz de la presencia y el accionar de agentes patógenos (como virus, bacterias u hongos) en las paredes vasculares.
De acuerdo a qué vasos estén comprometidos en cada cuadro, la vasculitis se engloba en una categoría distinta. Al respecto, es interesante señalar que existen enfermedades que provocan vasculitis de vasos grandes, otras que se asocian a las vasculitis de vasos pequeños y un tercer caso de dolencias que se reconocen como parte de las vasculitis de vasos medianos.
Si profundizamos la información sobre estas inflamaciones que pueden surgir con mayor o menor intensidad, advertiremos además que existen muchas clases de vasculitis. Hay, según indican los médicos, diagnósticos de vasculitis necrosantes conocidas como vasculitis leucocitoclásticas, vasculitis retiniana primaria (llamada también Enfermedad de Eales), vasculitis séptica, vasculitis cutánea, vasculitis de Churg-Strauss (granulomatosis alérgica, un trastorno no habitual pero posible que suele afectar a los vasos sanguíneos pulmonares y provocar síntomas similares al del asma) y vasculitis alérgica, por mencionar algunos que confirman la diversidad de patologías que aparecen señaladas como casos de vasculitis.