Cada vez más gente, motivada por el deseo de exhibir su vida en las redes sociales, utiliza las cámaras de sus teléfonos móviles o aprovecha sus cámaras (que pueden ser digitales o con rollo si son de las más antiguas) para tomarse imágenes. Los autorretratos, definidos en la actualidad como selfies (un término de origen inglés que se extendió a nivel mundial para identificar a las autofotos), pueden variar de escenario y de cantidad de acompañantes, pero siempre suponen la intervención de uno mismo a la hora de capturar un instante con o sin flash…
Las selfies pueden desarrollarse al aire libre o bajo techo, así como pueden centrarse en una única persona o abarcar a la multitud que acompaña a quien toma la imagen. A veces, en esas autofotos cobran protagonismo los animales, ya sea una mascota o bien un ejemplar que reside en un parque natural o zoológico. La comida también puede ser un buen acompañante al momento de tomarse una fotografía.
Es importante tener en cuenta que el afán por asombrar con la foto más arriesgada o espectacular puede llevar a un final trágico tras la selfie extrema: varias personas han perdido la vida por ser atropelladas o haber caído al vacío después de autorretratarse.
Las selfies atrevidas con contenidos no aptos para menores de edad, las selfies románticas que suelen hacerse las parejas, las selfies divertidas con familiares y amigos, las selfies junto a una celebridad y las selfies graciosas que logran los niños de corta edad aprendiendo a utilizar los dispositivos tecnológicos son otras variedades que enriquecen al mundo de las selfies.