Muchos de nosotros hemos sido testigos de la evolución de la cámara de fotos, un producto que con el paso de los años se ha diversificado y transformado de acuerdo a la tecnología disponible para mejorar el resultado del arte de tomar fotografías.

Mientras los más jóvenes hoy disfrutan la comodidad de las cámaras fotográficas incluidas en sus modernos teléfonos móviles, las generaciones más grandes suelen recordar las cámaras que funcionaban con rollo y que, para ver las imágenes captadas, exigían ir a un local especial para revelar el citado rollo y tener los negativos. Más atrás en el tiempo aún, en la época de algún bisabuelo o tatarabuelo por ejemplo, estos equipos consistían en cámaras rústicas elaboradas con madera, o en cámaras estereoscópicas o en cámaras APS, según cada caso.

Si bien en la actualidad existe una amplia variedad de marcas, modelos y tecnologías en materia de cámaras fotográficas, es interesante hacer un repaso por la historia de estos dispositivos con los cuales podemos inmortalizar momentos y dejar testimonio de hechos relevantes (desde retratarse en familia y con amigos durante un cumpleaños o aniversario hasta capturar momentos de una pelea callejera o de una visita oficial de alguna personalidad a un país, por ejemplo).

Cámaras fotográficas compactas de 35 mm, cámaras digitales, cámaras reflex, cámaras de uso cotidiano para fotógrafos amateurs, cámaras especiales para fotografía profesional, cámaras de estudio, cámaras TLR, cámaras miniatura, cámaras panorámicas, cámaras fotográficas aéreas, cámaras pocket, cámaras fotográficas subacuáticas… Las propuestas son numerosas: sólo hay que definir la utilización que se le dará a la unidad para poder elegir la cámara fotográfica que mejor se adapte a las necesidades personales de cada usuario.