A la hora de condimentar diversas comidas, es frecuente que se tenga en cuenta al orégano, una planta cuyas hojas se destacan por su aroma y su sabor. Asimismo, es un producto con propiedades medicinales que se puede disfrutar en infusión o preparar con él un aceite esencial y hasta una crema para beneficiar la salud.
Existe en el mundo una amplia variedad de orégano y numerosas especies que comúnmente se bautizan con esta misma palabra, razón por la cual es interesante informarse sobre el tema para aprender a diferenciar a cada planta en función de sus características.
Una de las alternativas es el llamado orégano de cerro, tal como se define a una planta medicinal natural del territorio mexicano que pertenece a la familia de las asteráceas. El orégano brujo o francés, en tanto, integra la familia de las lamiáceas y es aprovechado como antimicótico, desinfectante y estimulante muscular, aunque hay investigaciones que alertan sobre sus efectos y grados de toxicidad. Orégano grueso, por otra parte, es el nombre común de una planta del grupo de las verbenáceas que se localiza en Colombia, Venezuela, Cuba, México y Puerto Rico, entre otros países. El orégano acuático, que crece a escala mundial en sitios húmedos, gana relevancia como producto medicinal por tener poder antiséptico, cicatrizante, purgante y digestivo.
Para evitar arruinar platos por no prepararlos con los ingredientes adecuados, es fundamental identificar qué y cómo es el orégano común, la hierba aromática que le aporta un sabor único a salsas, quesos y pizzas, por ejemplo. Es posible conseguir orégano fresco o bien utilizar orégano seco.