Distintos significados y aplicaciones tiene, en la práctica, el concepto de nicho. Por eso es importante tener presente sus definiciones y adecuar cada clasificación según corresponda en función del mensaje que se desea proporcionar.

Un nicho, de acuerdo al diccionario de la Real Academia Española (RAE), es un hueco, concavidad o pozo que se genera en una superficie a fin de ubicar allí una imagen, estatua, urna, jarrón o elemento similar. Esta palabra, como sabrán muchos de ustedes, está muy asociada a los cementerios porque allí hay nichos, es decir, aberturas que se realizan especialmente para depositar cenizas o restos humanos.

Pero los nichos mortuorios no son los únicos que existen. En mercadotecnia, por ejemplo, se utiliza la expresión “nicho de mercado” para hacer alusión a una fracción pequeña de un segmento de mercado con deseos y necesidades similares que no están cubiertas por demasiados proveedores. También adquiere relevancia la idea de nicho de mercado en Internet cuando varios usuarios acceden a la Web en busca de soluciones o propuestas para satisfacer sus inquietudes o expectativas y no hallan resultados trascendentes o útiles.

En el plano ecológico, en tanto, los nichos apuntan a la función o rol relacional que una población o especie tiene en el marco de un cierto ecosistema.

De buscar más alternativas que demuestren el amplio alcance de este vocablo, ganan protagonismo los nichos hidrantes, los nichos arquitectónicos, los nichos gingivales, los nichos laborales, los nichos lingüísticos, los nichos ulcerosos y los nichos religiosos, por proponer otras opciones a modo de referencia.