Los pasatiempos y actividades que nos gusta desarrollar de manera frecuente para entretenernos en nuestro tiempo libre y disfrutar momentos de ocio se definen como hobbies.
A toda edad podemos desarrollar una afición que nos ayude a distraer la mente y a quebrar la rutina, por eso es común que se diferencie entre hobbies infantiles (llenar álbumes de figuritas autoadhesivas), hobbies juveniles (coleccionar objetos de un artista o deportista admirado, divertirse con consolas de juegos) y hobbies propios de los adultos (ver películas, cultivar plantas, etc).
Asimismo, el estilo de la acción llevada a cabo permite distinguir entre hobbies culturales (ir al teatro, disfrutar la lectura de obras de diversos géneros en cualquier momento y lugar, dedicarse a la pintura), hobbies deportivos (practicar alguna disciplina deportiva o asistir a eventos de este ámbito), hobbies creativos (tejer, esculpir, dibujar) y hobbies saludables (resolver crucigramas/acertijos, practicar ejercicio físico), por señalar algunas categorías comunes.
Por otra parte, el lugar donde se desarrolla el hobby adquiere protagonismo a la hora de categorizar la actividad. En este marco, podemos elegir entre hobbies al aire libre (andar en bicicleta, leer, escuchar música) y hobbies propios de entornos cerrados (entretenerse con juegos de ordenador o consolas).
Por último, es interesante que el género de quién lleva adelante una actividad invita a diferenciar de acuerdo a las tendencias predominantes entre hobbies femeninos (ver desfiles de moda, coleccionar carteras y bolsos), hobbies masculinos (reunirse con amigos para jugar a las cartas, organizar partidos de fútbol) y hobbies unisex (salir a correr, ir al cine), por agregar más referencias al respecto.