Tanto el acto como la consecuencia de transferir algo (información, dinero, etc) se define como transferencia. Esta palabra, además, se utiliza en los ámbitos de la Psiquiatría y la Psicología para describir el hecho de proyectar en el analista sentimientos o pensamientos surgidos de un acontecimiento previo.

Se trata, según se desprende de la teoría, de un término con aplicaciones muy variadas, extendiéndose así el alcance del concepto.

Es posible distinguir, en este marco, a las transferencias de crédito frente a las transferencias de calor entre sistemas con temperaturas diferentes. La transferencia genética horizontal que abarca a organismos tanto pluricelulares como unicelulares y que puede llegar a ser artificial como resultado de la ingeniería genética, por su parte, tampoco tiene puntos en común con las transferencias de archivos (que, según cómo se inicien, pueden considerarse como Pull o Push based) entre dos o más usuarios o equipos informáticos.

La transferencia de baja energía que tiene lugar en el espacio cuando una nave espacial varía de órbita usando una cantidad mínima de combustible; la opción de arquitectura de software conocida en español como Transferencia de Estado Representacional; las transferencias de capital y las transferencias corrientes propias de la contabilidad presupuestaria; las transferencias de electrones; la transferencia nuclear celular que tiene lugar durante el proceso de clonación; la transferencia lineal de energía que dota a la materia de un cierto nivel de energía al ser expuesta a radiaciones ionizantes y la transferencia bielíptica que tiene lugar en el espacio cuando desde la nave se realiza una maniobra específica son otras categorías que demuestran gran parte de todo lo que se puede explicar y describir apelando a la noción de transferencia.