Tipos de suculentas


La Real Academia Española (RAE), en su diccionario, presenta al concepto de suculenta como un adjetivo que sirve para describir a aquellas cosas que, por sus características, resultan exquisitas, sustanciosas, cuantiosas y jugosas.

Vinculada al mundo de las plantas, esta palabra engloba a especies de vegetales que, a raíz de una modificación, pueden almacenar grandes cantidades de agua en ciertas partes u órganos, garantizando así su supervivencia en condiciones de sequía. Según cómo y cuánto crezcan, podemos diferenciarlas como suculentas gigantes, suculentas en miniatura y suculentas de tamaño mediano. Los colores y las formas de cada una también son variables que influyen al momento de clasificar y reconocer a cada suculenta.

Tampoco se puede dejar de destacar que, así como hay suculentas naturales para embellecer jardines e interiores de un hogar o establecimiento comercial que necesitan condiciones específicas de espacio, luz, temperatura, aire y humedad para crecer y sobrevivir, existen suculentas artificiales que no requieren ningún tipo de cuidado para mantenerse en excelente estado por tiempos prolongados y que, por parecer auténticas, son un excelente detalle ornamental para tener en cuenta y aprovechar, por ejemplo, como souvenir.

La variedad disponible en la naturaleza incluye desde suculentas colgantes que pueden florecer, o no, hasta suculentas bonsái, abarcando además a especies ideales para entornos exteriores y otras aptas para mantener en ambientes interiores. Al profundizar en esta temática descubrimos la división de estas plantas en numerosas familias, entre las cuales es posible señalar a las aizoáceas, las crasuláceas, las cactáceas y las euforbiáceas, por mencionar algunas a modo de referencia.