El concepto de souvenir surge de una voz francesa que, en español, identifica a una pieza que se ofrece y se adquiere como recuerdo de una celebración, acto o recorrido turístico.
Estos objetos, por lo general de un tamaño pequeño aunque la oferta es amplia y en ocasiones incluye artículos de dimensiones más importantes, funcionan como un detalle alusivo a una experiencia que vale la pena tener presente para siempre. Por eso, por mencionar algunas posibilidades, existen los souvenirs de bautismo y comunión (en estos marcos religiosos es común que se distribuyan estampitas y adornos de cerámica entre los familiares y amigos del homenajeado), los souvenirs de cumpleaños (es usual, que en el festejo de los 15 años de una adolescente suelan repartirse estos productos) y los souvenirs de nacimiento (que todo aquel que va a conocer a un recién nacido recibe durante su visita).
Más allá de todos los souvenirs que uno pueda comprar durante un viaje (como turista, es común que uno adquiera postales, pequeños adornos con el nombre del lugar recorrido, tazas alusivas al sitio que se visita, etc), también es posible recibir o dar un souvenir en una boda o bien en el contexto de una graduación.
Lejos de esta interpretación, aparece aplicado este término en el ámbito musical ya que Souvenir es el nombre que identifica a un dúo que hace música pop y que, si bien canta en francés, es de origen español. El plural de esta noción, por otra parte, fue empleado por el grupo holandés The Gathering para bautizar a su séptimo álbum de estudio.