El acto y la consecuencia de aplicar sombra sobre algo se denomina sombreado.
Esta técnica puede aprovecharse en numerosos ámbitos con fines artísticos. El sombreado de ojos, por ejemplo, se logra con maquillaje, mientras que el sombreado en un dibujo se consigue jugando con tonalidades blancas, negras y grises. Para darle a las letras un efecto 3D, por señalar una posibilidad, se apela al sombreado a fin de generar profundidad y acentuar la estética del diseño con luces y sombras, tal como sucede también con el sombreado de tatuajes. El sombreado de pelo, por otra parte, se logra cortando al máximo algunas zonas del cabello, una opción muy elegida por los hombres que también tienen la posibilidad de hacerse un sombreado de barba al dejar el vello muy corto pero cubriendo prácticamente toda la parte inferior del rostro.
Cabe destacar que, al pintar, es fundamental establecer la oscuridad y la aplicación de sombras en función del objetivo perseguido. Un sombreado realista, por detallar una opción, exige un sombreado de volumen y hay que informarse, asesorarse y practicar mucho para lograr el mejor resultado posible.
Distinto es el caso del denominado sombreado metálico, una técnica empleada en el ámbito de la Microbiología que gira en torno a la pulverización de una muestra (una célula o bacteria, por ejemplo) observada en microscopio con un metal pesado para producir sombras.
Los sombreados de relieves, el sombreado de vidrio y el sombreado semipermanente de cejas son otras categorías que demuestran la amplitud y diversidad de esta noción.