Se hace silencio para escuchar al prójimo, en señal de respeto ante una muerte, a fin de no despertar a alguien, cuando se quiere meditar… Las razones y momentos donde no se habla ni se hace ruido son muchos y responden a numerosos objetivos, por eso es interesante descubrir los orígenes, las motivaciones y los alcances del silencio.
Los expertos en Derecho, por ejemplo, describen a la pasividad evidenciada en el área de administración como silencio administrativo, mientras que la fórmula orientada a obligar al actor a dejar de instar o deducir acciones.
A nivel artístico y en diversas aplicaciones de la comunicación, por otra parte, es posible diferenciar al silencio objetivo (donde la falta de ruido no es resultado de un error técnico, simplemente hay ausencia de sonido) frente al silencio subjetivo que se emplea con una clara intención dramática. El silencio de radio, en cambio, marca el cese absoluto de las comunicaciones vía radial, dejando de transmitir tanto en código morse como con voz.
Tampoco se puede dejar de mencionar que en el ámbito musical los silencios son signos gráficos que establecen cuánto dura, en una pieza musical, una pausa. A lo largo de la Historia han surgido el silencio de cuadrada, el silencio de garrapatea, el silencio de longa y el silencio de máxima, aunque estos recursos ya no se utilizan. Sí, en cambio, se trabaja con silencio de fusa, silencio de semicorchea, silencio de blanca, silencio de redonda, silencio de negra, silencio de corchea y silencio de semifusa. Hay, además, silencios de al menos un compás y silencios con puntillo, por enumerar otras alternativas en relación a este tema.