El concepto de seborrea, según se advierte al consultar la teoría, se utiliza para aludir al incremento patológico de la secreción de grasa producida por las glándulas sebáceas, un trastorno que puede afectar a distintas áreas del organismo.
Hay en el mundo muchos hombres y mujeres de diversas edades que padecen, por ejemplo, seborrea facial, un problema que enrojece, irrita y vuelve escamosa a la piel del rostro. Asimismo, existen numerosos casos de seborrea genital, que en principio provoca en la zona íntima piel aceitosa y, con el tiempo, deriva en costras e irritaciones. La piel brillante y la inflamación en el área del cuero cabelludo resecando y provocando picazón en las partes afectadas que surgen a partir de la producción excesiva de sebo en cuestión de horas, en tanto, suele definirse como hiperseborrea.
Si el trastorno se desarrolla en el cuero cabelludo pero se hace evidente varios días después de haber lavado el cabello, por indicar otra posibilidad muy común, se describe el cuadro como seborrea capilar. Los bebés, como sabrán por experiencia muchos padres, suelen padecer durante el transcurso de sus primeros meses de vida un cuadro de seborrea infantil que por lo general es leve y se traduce en escamas grasas de carácter superficial sobre la cabeza del niño.
Es importante tener presente que no solamente los seres humanos resultan afectados por la seborrea ya que las mascotas también pueden presentarla: hay gatos que deben ser tratados por seborrea felina y perros que requieren tratamientos para combatir la seborrea canina.