En las ventanas de hogares, comercios, instituciones, oficinas y edificios públicos podemos observar toda clase de persianas, algunas más modernas que otras. Cada una con un sistema de apertura y cierre específico permite que entre la luz del sol al interior del ambiente o que no se filtre nada al bajarlas o cerrarlas. Los tamaños, materiales, diseños y mecanismos de cada persiana son variables, por eso es interesante conocer las alternativas existentes y elegir entre ellas la más conveniente por precio, calidad, ubicación y tipo de uso que se le dará.
La persiana veneciana es una de las opciones a tener en cuenta. En este caso, se basa en láminas algo curvas y finitas que se cruzan por medio de cordones para quedar apretadas y superpuestas al ser subidas.
Las persianas verticales, por su parte, permiten reducir la luminosidad del interior del ambiente cumpliendo el rol de una cortina, mientras que las persianas romanas no son tan robustas como las persianas enrollables pero, aún así, ofrecen un bloqueo para que no se filtre la claridad. Las persianas alicantinas, en tanto, pueden adaptarse a interiores o exteriores y son perfectas para sitios con ornamentación semiclásica o rústica, existiendo modelos fabricados tanto en plástico como en madera.
De querer combinar seguridad y confort en un solo elemento, entonces hay que apostar por las persianas de aluminio que se instalan en sitios de fácil acceso, como puede ser la entrada a un local que da a la calle o las ventanas de una vivienda que dan al exterior y llegan hasta el piso.