Una metáfora, según se advierte al tener conocimientos de retórica, se construye al generar una estructura que, por un objetivo estético, traslada el sentido literal de algo a otro de carácter figurado en el marco de una comparación tácita.

Hay, en la práctica, muchas clases de metáforas. Una de ellas es la alegoría o metáfora continuada, un recurso que lleva a plasmar en el discurso un sentido exacto y otro simbólico.

En el campo de la Lingüística Cognitiva, en tanto, se define como metáfora cognitiva o conceptual al proceso de interpretar un concepto o idea en términos de otros saberes, una modalidad muy empleada a la hora de comprender modelos y teorías.

Cuando se alude a la metáfora de escritorio, por otra parte, se busca centrar la atención en una metáfora de interfaz presente en los equipos informáticos para que el usuario pueda utilizar el ordenador de manera sencilla a partir de presentar a la pantalla o monitor como un escritorio físico en el cual pueden distribuirse y ordenarse carpetas y documentos.

De buscar más alternativas a tener en cuenta, ganarán relevancia opciones como la metáfora aposicional (estructura en la cual una coma separa el término real del imaginario), la metáfora negativa (en la cual se evidencia una negación), la metáfora impura (también conocida como simple, donde se conjuga el verbo ser para asociar el término real con el figurado) y la metáfora visual (representando una o más ideas mediante imágenes que transmiten información sin apelar al lenguaje verbal), por detallar otras posibilidades a modo orientativo.