En el campo de la Física se define como manómetro al instrumento que se utiliza para medir la presión de fluidos que están contenidos en receptáculos cerrados. Hay en relación a este producto diferentes alternativas a tener en cuenta de acuerdo a qué clase de medición se desee llevar a cabo.
La presión positiva, por ejemplo, es medida a través de manómetros de dos ramas abiertas: en este elemento, una extremidad tiene salida a la atmósfera, mientras que la otra se conecta con el recipiente en cuyo interior está el fluido a analizar. Para trabajar con niveles escasos de gases, en tanto, se recomienda medir la presión con manómetros truncados.
La pieza más común, de todas maneras, es el llamado manómetro de bourdon, basado en una estructura hermética en forma de tubo que se enrolla en espiral y posee un extremo cerrado.
Al buscar más opciones que aporten datos de interés sobre el tema, también gana protagonismo el manómetro aneroide o metálico, tal como se ha bautizado al barómetro modificado de forma tal que la presión que se desea medir actúa en el interior del dispositivo mientras que afuera influye la presión atmosférica. Para poder medir la diferencia de presión manométrica que hay entre dos puntos determinados, por otra parte, es de gran utilidad el manómetro diferencial, así como en un sistema de presión donde hay líquidos y gases no explosivos es posible hacer uso de los manómetros analógicos de serie tipo A con el objetivo de poder registrar las respectivas presiones absolutas.