Una de las frutas ideales para suministrarle al organismo vitamina C y otros nutrientes de manera natural es la mandarina, un cítrico compuesto por gajos repletos de jugo que pueden, o no, tener semillas en su interior. Este alimento de apariencia similar a la naranja tiene por lo general un sabor muy dulce y un aroma exquisito.

Hay en el mundo muchas variedades de mandarina, un producto que se utiliza para elaborar tortas, licores, budines, gelatinas, mermeladas y ensaladas de frutas, entre otras delicias. El grupo de las clementinas, por ejemplo, incluye a la Clemenules, a la Oroval, a la Marisol, a la Loretina, a la Hernandina y a la Clementina Fina, por señalar algunas referencias que se diferencian entre sí por el tiempo o época de recolección, el tamaño y otras particularidades.

Las mandarinas satsumas, que proceden de suelo japonés, ofrecen como alternativas a tener en cuenta la variedad Clausellina (no es de la mejor calidad), la Owari (generalmente pequeñas y de aspecto aplanado pero muy jugosas) y la Okitsu (caracterizada por su buen sabor).

Si bien la mayoría de la gente asocia el concepto de mandarina a un árbol frutal y al comestible que surge de él, es interesante saber también que esta palabra se aprovecha además para identificar a un género de moluscos terrestres que se clasifican como gasterópodos y son pulmonados. Hay en este conjunto especies como la denominada Mandarina Anijimana, la cual es endémica del territorio japonés al igual que las familias Mandarina Suenoae y Mandarina Ponderosa, por agregar referencias sobre el tema.