Cuando uno investiga los significados y aplicaciones del concepto de llanta descubre que esta palabra puede hacer referencia a una clase de planta o estar vinculada a las ruedas de los vehículos y ser, en este marco, sinónimo de neumático.
Cuando se alude a la llanta de goma, por ejemplo, se busca hacer foco en el cerco elaborado en goma que se usa para cubrir las ruedas de carros y coches de caballos a fin de hacer más suaves los movimientos. Con este material, así como también con acero y hierro, se fabricaron las primeras llantas de la Historia. Precisamente el acero, al igual que el aluminio, está presente en las llantas tipo Westwood que se emplean en bicicletas con frenos de tambor y frenos de contrapedal.
Para coches deportivos, en tanto, hay llantas especialmente diseñadas para garantizar la seguridad a la hora de realizar maniobras y tener una mejor tracción tanto en condiciones húmedas como secas.
Saber qué uso se les dará a las ruedas, tener en cuenta el uso diario del vehículo y considerar tanto las particularidades de la superficie como las circunstancias climáticas es fundamental para seleccionar el tipo de llanta más adecuado. No hay que olvidar la existencia de llantas aptas para toda clase de terreno, llantas eficientes que contribuyen al ahorro de combustible, llantas para automóviles y camionetas familiares y de llantas para camiones utilitarios. Asimismo, hay llantas más aconsejables para verano, otras que se adaptan a los difíciles escenarios invernales y llantas diseñadas para resistir y adaptarse a cada temporada.