Se define como cubismo a la corriente artística donde predominan las formas geométricas. En esta escuela que abarca al diseño y a las artes plásticas se lucen los cubos, los triángulos y los rectángulos, entre otros formatos. De acuerdo a los registros históricos, fue el español Pablo Picasso, junto a Juan Gris y Georges Braque, el iniciador de este movimiento.
En este marco es posible distinguir por ejemplo al cubismo analítico, en vigencia desde 1909. Esta tendencia que también ha sido bautizada como cubismo hermético ofrece pinturas monocromas (por lo general, en ocre y gris) y con interrupciones o saltos en las líneas de contorno. Por esta época, además, cobró relevancia el movimiento denominado cubismo abstracto, donde entran en juego los rayones de colores y las secuencias o estructuras dinámicas y rítmicas, con líneas divergentes, paralelas, convergentes y perpendiculares.
A partir de 1912 y hasta 1914, en cambio, tuvo esplendor el llamado cubismo sintético, un movimiento que le da protagonismo estético a los números y las palabras como parte de las pinturas. Hay en este periodo más color y más obras sencillas y figurativas logradas a partir de collages con cajas de fósforos, hojas de periódico, naipes, etc.
El cubismo aplicado a la literatura, por su parte, permitió armar una realidad a partir de la combinación de conceptos e imágenes, mientras que el cubismo vinculado a la escultura llevó a los artistas a incorporar como materiales de trabajo productos de desecho y a impulsar, a partir de vacíos y huecos, la estética de ausencia de masa.