La tecnología ha avanzado muchísimo en las últimas décadas, dando origen a productos, servicios e inventos cada vez más asombrosos. Así ocurre, por ejemplo, en el campo de la Informática al ofrecer entornos de realidad virtual, es decir, representaciones de imágenes o de situaciones que dan la sensación de ser reales. Para lograr este fenómeno suelen utilizarse cascos, gafas, trajes y hasta guantes especiales que sorprenden a quien los usa por el realismo de lo que ve.
La realidad virtual tiene un sinfín de aplicaciones. Sirve, por ejemplo, para el ámbito de la educación, del entrenamiento militar y el área de la medicina.
A diferencia de la realidad aumentada, la realidad virtual le propone al usuario un entorno o escenario completamente virtual, mientras que la otra combina lo ficticio con el entorno físico material para provocar una interacción.
Cuando en tiempo real se logran fusionar el universo físico con el plano virtual, entonces surge la llamada realidad mixta.
Cabe destacar, asimismo, que en base a las características que presente cada sistema es posible reconocer dos variedades de realidad virtual, una conocida como inmersiva y otra que se define como no inmersiva. La teoría indica que los procedimientos inmersivos se vinculan al uso de dispositivos para captar la rotación y posición corporal en un ambiente de tres dimensiones desarrollado a partir de un ordenador. La modalidad no inmersiva, en tanto, apunta a medios relacionados a Internet para generar en tiempo real interacciones con lugares y usuarios que, en verdad, no existen físicamente pero con los que se puede experimentar sensaciones de manera sencilla y rápida.