La expresión ‘proceso industrial’, según se advierte al repasar la teoría, abarca a cada uno de los procesos que se requieren para transformar las cualidades de una materia prima.
En este marco hay etapas en las cuales entra en juego la tecnología mecánica para moldear, llevar a cabo una deformación plástica, hay procedimientos con arranque de material y tratamientos de carácter superficial para darle un cierto acabado al producto. La tecnología química aplicada al proceso industrial, en tanto, se puede dividir según las particularidades de cada actividad en procesos físicos y en procesos químicos.
Claro que cada plan de acción depende del producto a desarrollar. Al respecto, podemos distinguir el proceso industrial del chocolate frente al proceso industrial del vino o bien encontrar diferencias entre el proceso industrial de la mermelada y el proceso industrial de la madera, por detallar algunas posibilidades.
Cabe destacar que, de tratarse de un proceso industrial automatizado, el control de actuación puede ser en lazo abierto (un sistema donde las variables que supervisan el procedimiento están orientadas en una misma dirección) o en lazo cerrado (basado en una retroalimentación donde ganan importancia los sensores para informar si las acciones que se han ordenado se concretaron durante todo el procedimiento de manera correcta).
El proceso industrial hidráulico, el proceso industrial mecánico (como la extrusión de polímeros, por detallar un ejemplo), el proceso industrial textil y el proceso industrial químico (como se considera a la polietoxilación) son otras categorías que permiten comprobar la existencia de numerosas clases de procesos industriales.