El concepto de pose está relacionado a la postura (es decir, posición) que uno, en determinadas situaciones, adopta en cualquier momento de la vida de manera poco natural para lograr un objetivo determinado (entretener, asustar, seducir, etc).
Frente al hecho de tomarse una fotografía, por describir una circunstancia muy habitual, gente de todas las edades puede apelar a poses divertidas que incluyan las extremidades o giren en torno a algún gesto, o bien tiene la posibilidad de realizar poses extrañas para sorprender a quien observa la imagen. En plan de seducción, en tanto, ambos sexos suelen apostar por las poses provocativas y sugerentes para cautivar al otro. Quienes se dedican al modelaje, por su parte, realizan poses sexies para lucirse tanto arriba como abajo de una pasarela.
La práctica de yoga, por detallar otra posibilidad, invita a realizar numerosas poses (algunas más complejas que otras), así como también es posible distinguir las poses típicas al bailar un determinado género musical.
Tampoco se puede dejar de resaltar que, en la vida cotidiana, muchas veces experimentamos incomodidades o malestares físicos por adoptar poses poco apropiadas para la tarea que desarrollamos, ya sea amamantar o dormir al bebé, dibujar o escribir, cocinar, etc.
Más allá de las opciones descriptas líneas arriba para informar acerca del uso práctico de esta noción, es interesante tener en cuenta que la llamada animación pose a pose es una técnica artística que prioriza el dibujo de los cuadros más relevantes y continúa con los cuadros intermedios para generar, a través de sus combinaciones, dinamismo y dar así una sensación de movimiento.