Los gestos nos permiten hacernos entender sin necesidad de apelar a las palabras. Con el lenguaje corporal y las expresiones faciales podemos lograr una efectiva comunicación no verbal. En la práctica, la idea de gesto no se limita a un movimiento del cuerpo sino que engloba además a todas las acciones y conductas que llevamos a cabo con una intención concreta.
La variedad de gestos fáciles de reconocer y de realizar es muy amplia y vale la pena conocerlos y tenerlos presente.
Así como hay personas que tienen gestos de generosidad con otros, hay gente que no pide perdón por sus malos e inapropiados gestos. Las conductas humanas nos llevan a diario a celebrar reacciones constructivas como lo son los gestos solidarios y a repudiar los gestos obscenos, por ejemplo.
También se pueden hacer y disfrutar a toda edad gestos graciosos y cambiar los gestos faciales que expresan preocupación, enojo, fastidio o hasta dolor por gestos alegres, serenos y relajados.
A la hora de seducir a la pareja, nunca están de más los gestos románticos que reflejan los sentimientos y refuerzan el vínculo de la pareja sorprendiendo al ser amado con algún detalle diario (una nota afectuosa, preparar sin aviso previo su comida preferida para agasajarlo, etc).
Por otra parte, es interesante hacer alusión a los gestos universales, tal como se define a las señas y expresiones que pueden comprenderse en cualquier lugar del mundo aunque no se domine el idioma local. Fruncir los labios y acercarse el dedo índice a la boca, por ejemplo, es un gesto inconfundible que pide o invita a guardar silencio.