Muchas son las aplicaciones del concepto de iris, pero más allá de todas las expresiones y categorías que aprovechan esta noción es imposible no asociar a esta palabra con el sentido de la vista. De acuerdo a la definición propuesta desde el campo de la Anatomía, el iris es el disco del ojo que contiene en su centro a la pupila.
Distinto es el caso del llamado iris de paz, ya que no se trata de la mirada de alguien sino de una expresión que describe al individuo que consigue calmar fuertes discusiones o a algo que tiene la capacidad de ponerle fin a un conflicto.
El arco iris, por su parte, es el apasionante fenómeno óptico que podemos disfrutar cuando llueve con sol y el cielo resulta embellecido por un arco de diferentes colores, mientras que Iris nana, Iris deserti, Iris persa e Iris splendida son los nombres que identifican a especies pertenecientes al género de las mantis. Los apasionados de la flora, en tanto, asocian este término a un género de plantas herbáceas que poseen flores vistosas.
Al investigar otros usos de este vocablo es posible descubrir que también se conoce como Iris a una diosa que de acuerdo a la mitología griega es descendiente de la oceánide Electra y del dios marino Taumante, a un mineral que se caracteriza por ser un cuarzo cristalizado y muy transparente, a una nebulosa brillante de reflexión incluida en la constelación de Cefeo, a una película que dirigió en 2002 Richard Eyre y a un asteroide.