La extenuación, el agotamiento y el cansancio por los esfuerzos prolongados y los trabajos intensos se definen como fatiga. Más allá de la fatiga que puede experimentar un ser humano, hay que tener en cuenta que también se describe con este término a la pérdida de resistencia mecánica que se advierte en un material que ha sido muy forzado.
Se hace alusión a la fatiga de materiales cuando se producen roturas en los elementos en condiciones de cargas dinámicas de carácter cíclico. De tener en cuenta la influencia del medio, podremos encontrar casos de fatiga con corrosión o fatiga estática (generadora de grietas, picaduras o fisuras) y fatiga térmica (promovida a altas temperaturas como consecuencia de tensiones térmicas fluctuantes).
De analizar dificultades o trastornos que puede padecer una persona, ganará relevancia la fatiga respiratoria (también conocida como disnea, basada en la dificultad para respirar de modo normal, dando sensación de falta de aire), por indicar una alternativa. Distinto es el caso del síndrome de fatiga crónica, considerada por la Organización Mundial de la Salud como una enfermedad grave de carácter neurológico que, entre otros inconvenientes, provoca dolores, fatiga severa, pérdida significativa de memoria y una sensación permanente de padecer un estado gripal.
En el campo de la Medicina Alternativa, por otra parte, se utiliza la idea de fatiga adrenal para detallar la suposición (no comprobada de manera científica) que lleva a pensar que, al agotarse, las glándulas suprarrenales no logran producir suficiente cantidad de hormonas.
Cuando una tierra de cultivo pierde rendimiento, en tanto, se hace referencia a la fatiga del suelo.