El concepto de trastorno está relacionado a las ideas de desequilibrio y alteración (por lo general, en lo que a la salud respecta), aunque también describe al hecho y consecuencia de trastornar algo, es decir, de invertir un orden o de perturbar o modificar una determinada cosa.
A partir de estas definiciones es posible identificar múltiples trastornos, algunos de los cuales pasaremos a recordar a continuación con el propósito de ayudarlos a ampliar sus conocimientos generales.
Cuando en una persona aparecen síntomas que requieren supervisión y tratamiento psiquiátrico, por ejemplo, se habla de trastornos mentales (a menudo presentados como cuadros de enajenación mental o directamente como locura en casos en los cuales se advierte una pérdida de juicio y capacidad de razonar). Este grupo de males dificultan el aprendizaje, el desarrollo cognitivo y la sociabilización, además de condicionar el estilo de vida de quien padece alguno de ellos. Al respecto, se puede señalar que existen trastornos orgánicos y otros de tipo funcional, así como también se suele evaluar cada cuadro para enmarcarlo, según corresponda, en la categoría de trastorno neurótico o de trastorno psicótico.
Asimismo, hay que decir que también se reconocen trastornos de carácter psicológico, los cuales son analizados de manera integral por la Psicología debido a su repercusión sobre las conductas, pensamientos y acciones de cada ser humano.
Otras clases de trastornos que los médicos de distintas especialidades detectan a diario: trastornos sexuales, trastornos de ansiedad, trastornos alimenticios, trastornos de la personalidad, trastornos del sueño, trastornos biológicos y trastornos bipolares, entre muchos otros.