La cantidad de ambientes de una vivienda permite saber cuántos dormitorios posee dicho hogar. Claro que esa información no detalla las características de cada cuarto utilizado para descansar.
A la hora de repasar las particularidades de las habitaciones provistas con una o más camas, guardarropa y otras comodidades (como baño y/o vestidor incorporados en el mismo ambiente) uno descubre que hay dormitorios matrimoniales (donde por lo general duerme la pareja a cargo de la casa por eso suele haber allí una cama de dos plazas o más), dormitorios infantiles (para el o los niños de la familia, donde tienen sus juguetes y una disposición de muebles y medidas que garantizan su seguridad y comodidad) y, a veces, dormitorios para huéspedes (reservado para uno o más invitados). Por supuesto, también los adolescentes suelen tener un dormitorio propio, que en la mayoría de los casos aprovechan para estudiar, decorar con imágenes de sus artistas favoritos, etc. Las personas solteras que no comparten vivienda con nadie, por su parte, no siempre tienen el dormitorio separado de los demás ambientes: es común que si habitan un loft marquen una separación entre la cocina-comedor y el sitio donde duermen valiéndose de un mueble o de una cortina.
Desde otra forma de clasificación se puede distinguir entre dormitorio principal (el más grande) y dormitorio secundario o de servicio. También es posible marcar la cantidad de personas que utilizan cada espacio aludiendo a los dormitorios dobles y a los dormitorios individuales.
Cabe resaltar además que no todos los dormitorios se ubican en un mismo nivel. Hay dormitorios en planta baja y, según la altura de cada vivienda, pueden encontrarse dormitorios en un entrepiso, primer piso o segundo piso, por indicar las posibilidades más comunes.