Tipos de diálogos


La palabra es fundamental para poder generar y sostener un diálogo. Esta exposición de ideas e intercambio de información u opinión suele desarrollarse en diferentes ámbitos bajo múltiples modalidades.

Cuando ninguna de las partes involucradas en la conversación repara en lo expresado por el otro y no se presta atención porque cada uno sostiene su verdad sin analizar lo dicho por el interlocutor, por señalar una posibilidad, se describe la situación a partir de la expresión “diálogo de sordos”. De no existir coherencia o un hilo conductor lógico, en tanto, adquiere relevancia la denominación de “diálogo de besugos”.

Otras alternativas incluyen a los diálogos a partir de lenguaje de señas, diálogos en alguna lengua extranjera y diálogos interreligiosos, por mencionar más a modo de referencia.

Es interesante tener en cuenta que, más allá de entablar u oir en nuestra vida cotidiana diálogos informales de raíz espontánea (se arman diálogos de temática y extensión variable entre vecinos; médicos y pacientes; compañeros de trabajo o de estudio; miembros de una misma familia; choferes y pasajeros; profesores y alumnos; comerciantes y clientes, etc), hay un amplio número de diálogos estructurados, de contenido formal (a veces, académicos y didácticos) que se planifican y organizan en función de presentaciones académicas, conferencias o discursos.

De vincularlo al mundo de las letras, por otra parte, encontraremos un género literario de corte clásico que admite clasificaciones de acuerdo a la época y los subgéneros donde ha sido cultivado. Así, entonces, se distinguen al diálogo platónico, al diálogo lucianesco, al diálogo ciceroniano, al diálogo renacentista, etc.