Cuando algo o alguien se ventila, es decir, se airea o se refresca, aparece en escena la idea de ventilación. Hay muchas aplicaciones para este concepto, por eso en los párrafos siguientes describiremos múltiples situaciones para ofrecerles información y datos de interés sobre la diversidad de uso de esta palabra derivada de un vocablo latino.
A nivel medicinal, por ejemplo, existe un método terapéutico para asistir a los pacientes que no pueden respirar por sus propios medios o exigen demasiado a su organismo para completar el proceso. Se trata de la ventilación mecánica que sustituye a la ventilación pulmonar que, en buen estado de salud, los seres humanos realizamos de modo espontáneo.
La ventilación mecánica abarca diferentes categorías que se diferencian entre sí por el nivel de invasión y la potencia aplicada, entre otras variables. Al respecto, se pueden mencionar la ventilación mecánica de presión positiva, la ventilación mecánica de presión negativa, la ventilación mecánica parcial, la ventilación mecánica total, la ventilación mecánica no invasiva y la ventilación mecánica invasiva.
Los trabajadores de una mina, por su parte, conocen otro circuito de ventilación: el que se desarrolla de manera subterránea para que se haga posible la respiración en el interior de la mina. En este marco, es posible distinguir a las ventilaciones aspirantes y a las ventilaciones soplantes.
Los arquitectos, asimismo, contemplan la ventilación como una medida necesaria para que el aire circule por una edificación y pueda renovarse con frecuencia. De acuerdo a cómo y dónde se realicen, se puede enmarcar cada una en las categorías de ventilación natural, ventilación forzada, ventilación selectiva, ventilación general, ventilación cruzada y de ventilación por capas, por mencionar algunas a modo de referencia.