El concepto de utopía, un vocablo de origen griego que hace referencia a un espacio o lugar inexistente, está definido por la Real Academia Española (RAE) como una idea, proyecto, deseo, aspiración o propósito que en el momento de surgir parece imposible de concretar.
Cabe resaltar que, a lo largo de los años, esta noción asociada por su significado al mundo de la filosofía ha visto expandido su campo de aplicación ya que el término ha sido utilizado para nombrar libros, canciones y películas, entre otras cuestiones.
Al mismo tiempo, si de vincularla a la concepción filosófica se trata, esta palabra también puede segmentarse en múltiples categorías que la vuelven más precisa y directa, como sucede al hablar de utopías sociales (basadas en la idea de lograr entre todos un país más equitativo y solidario) y utopías religiosas (vivir en un planeta espiritual donde predominan la justicia, el amor y la paz), por citar algunas.
Otras clases de utopías: las renacentistas (creencia que situaba al hombre como el ser capaz de perfeccionar el mundo a través de sus actos racionales), las económicas (ilusión de prescindir por completo del dinero), las ecologistas (una vida amigable y armónica con el medio ambiente), las tecnológicas (ideología que ubica a los avances científicos y tecnológicos como puentes para hacer realidad ideales imposibles de concretar en la actualidad) y las denominadas utopías lésbicas (regidas por un pensamiento estricto que sueña con una comunidad integrada sólo por mujeres, sin necesidad de que ellas dependan del sexo opuesto).