El resultado de soldar un mínimo de dos elementos se conoce como soldadura. En este proceso que puede llevarse a cabo de diversas formas, señalan aquellos que tienen experiencia en esta actividad, adquieren relevancia las uniones ya que de la modalidad elegida para fusionar las piezas involucradas dependerá el éxito o el fracaso del trabajo realizado.

Si bien el objetivo de una soldadura siempre es unir dos o más partes para que formen parte de un todo, según los ángulos de los elementos a soldar y otras particularidades de los materiales hay que optar por una determinada clase de unión.

En esta oportunidad, a fin de orientarlos al respecto y ayudarlos a ampliar sus conocimientos, hemos decidido describir los tipos de uniones de soldadura que permiten arribar al resultado buscado al iniciar el procedimiento. Por esa razón, a continuación las citaremos y mencionaremos sus correspondientes características.

En primer lugar, haremos mención a la unión a tope, una de las uniones más comunes al momento de soldar ya que propone una técnica sencilla y efectiva de ensamblado. La unión T, en cambio, se aplica cuando el material a soldar posee ángulos de 90 grados y genera que las piezas soldadas formen una estructura con forma de letra ‘T’: de ahí su nombre.

También, en otros casos, es posible evaluar la posibilidad de realizar una soldadura con uniones traslapadas, la cual propone sobreponer los extremos a soldar en vez de juntarlos a igual altura. Completan el listado de opciones las denominadas uniones a escuadra (que puede llevarse a cabo sin las varillas de soldar) y las uniones de canto (también conocidas como uniones de brida).