El concepto de sinestesia, a juzgar por las aplicaciones prácticas de este término, puede abordarse desde una perspectiva psicológica, desde el campo de la retórica, desde una visión artística (y valerse de él tanto en la Pintura como en la Literatura y en la Música) o bien desde la Biología.

De acuerdo a la teoría, el vocablo puede describir al efecto secundario que surge en una parte corporal a raíz de otro estímulo detectado en otro sector del organismo, así como también puede identificar a una sensación subjetiva que se hace evidente por la estimulación de un cierto sentido. Asimismo, esta palabra da nombre a una figura retórica o tropo basado en la unificación de realidades o imágenes derivadas de diferentes campos sensoriales.

Tras repasar diversas definiciones atribuidas a esta noción, estamos en condiciones de profundizar en esta idea para contar, por ejemplo, que alguien señalado como sinestésico tiene la capacidad, a raíz de la estimulación de una droga psicodélica por mencionar una posibilidad, de visualizar sonidos (es decir, de combinar los sentidos de la vista y del oído) y de estimular su sentido del gusto al usar el tacto para evaluar la textura de un elemento. Asimismo, esta clase de individuos puede oir tonalidades cromáticas.

Según los expertos, existen múltiples clasificaciones para este efecto. Así, entonces, se puede catalogar a la sinestesia como léxico a gusto (es decir, al pronunciar un término se experimenta el sabor de ese vocablo), hablar de una sinestesia de grafema en color (relacionar ideas, números, símbolos o caracteres con un color determinado) o bien definir la sinestesia como música en color (cuando el individuo logra visualizar distintos colores en función de una melodía).