Cuando se hace rotar algo, se obtiene como resultado una rotación. Esta palabra, que deriva del vocablo latino rotatĭo, tiene un alcance amplio y se adapta a múltiples ámbitos, por eso es posible aprovecharla para describir un gran número de circunstancias o fenómenos en los cuales hay giros o movimientos rotatorios.
Se puede hablar, por ejemplo, de rotación de cultivos, una expresión que alude a una diversidad de siembras o cultivos (que pueden desarrollarse de manera simultánea o alternarse cada cierto tiempo) que tiene como fin evitar que en un mismo suelo crezca una única variedad de planta.
Sobre el movimiento de rotación, es decir, cuando un cuerpo o sistema modifica su orientación en relación a un eje o punto fijo, en cambio, se pueden mencionar múltiples modalidades a modo de referencia. Hay rotaciones oscilatorias como ocurre con un péndulo, rotaciones tridimensionales (las cuales se subdividen en las categorías de planas o rectangulares y cónicas) y rotaciones infinitesimales, entre otras.
Además de las mencionadas líneas arriba, existen las rotaciones estelares (tal como se define al desplazamiento angular de una estrella en relación a un eje), la rotación del planeta Tierra, las rotaciones matemáticas que pueden definirse en base a sus particularidades como propias e impropias y las rotaciones de existencias (nombre que recibe el parámetro que se tiene en cuenta para gestionar la logística o el accionar del área comercial de una compañía y las rotaciones dentro de disciplinas deportivas como el voley y el fútbol sala, por citar otras cuestiones que le aportan diversidad a la noción.