En una comunidad, las personas forjan entre sí vínculos que, de alguna manera, están regulados o condicionados por lineamientos socialmente aceptados. Estas interacciones que son producto de un proceso de sociabilización surgen en el marco de una cultura y una época determinadas, razón por la cual no todas las relaciones sociales han sido idénticas entre sí a lo largo de la Historia y a nivel mundial.
Así como los lazos y acercamientos entre integrantes de un mismo clan responden al conjunto de las relaciones familiares, las interacciones entre compañeros de trabajo o de estudios se contextualizan como relaciones sociales. También son relaciones de carácter social las que pueden surgir entre vecinos y entre los socios de un mismo club.
Esta clase de relación humana, según se deduce de la práctica, no siempre vincula a iguales ya que hay entornos donde, a nivel social, pueden interactuar niños, jóvenes, adultos y ancianos, como puede ocurrir entre los participantes de un juego que deben vincularse en determinado momento por un objetivo en común o con los artistas que participan en una obra de teatro, programa televisivo o película.
Por cuestiones socioculturales, por otra parte, hay acercamientos que ya desde la antigüedad son conflictivos y hasta inexistentes. Al respecto, resulta interesante hacer alusión a las tradicionales segmentaciones de la población, las cuales llevan a condicionar y hasta a imposibilitar ciertos tipos de relaciones sociales. Incluso en la actualidad, es posible advertir en algunos ámbitos que están mal vistos los vínculos entre personas de clase alta y la gente de escasos recursos ya que se supone que los ricos contratan a gente humilde para realizar los servicios domésticos y no corresponde, de acuerdo a la visión discriminatoria de muchos, socializar con ellos.