Con frecuencia los médicos, antes de establecer un diagnóstico, necesitan ver radiografías de sus pacientes. En ese contexto entran en juego los rayos X, tal como se conoce a las ondas invisibles de carácter electromagnético generadas por las emisiones de los electrones interiores de un átomo que pueden atravesar cuerpos opacos y originar impresiones fotográficas útiles para los expertos en Medicina.
De acuerdo a la teoría, esta clase de rayo que puede detectarse con películas de fotografía o con dispositivos de ionización constituye una radiación de tipo ionizante debido a que, al tener interacciones con la materia, impulsa el surgimiento de partículas cargadas (es decir, iones). Su aparición está motivada por procedimientos que generan la desaceleración de electrones, a diferencia de los denominados rayos gamma que poseen un origen nuclear.
Estos rayos, desde la perspectiva de la mecánica tradicional, pueden nacer a partir de radiaciones de frenado o Bremsstrahlung, aunque también es posible identificar a las radiaciones sincrotrones como otras de las responsables de la aparición de rayos X. Otro detalle a tener en cuenta es que los rayos X pueden producirse en centros médicos y/o laboratorios en base a dos tipos de tubos: uno con gas y otro con filamento.
Cabe resaltar que, más allá de esta interpretación del concepto de rayos X, la expresión se emplea en el ajedrez, un juego donde se habla de rayos X cuando un jugador mueve una pieza que está encerrada por una de las piezas de su oponente y la aprovecha para sacar ventaja en jugadas siguientes.