El concepto de rayo, dice el diccionario de la Real Academia Española (RAE), tiene su origen en el vocablo latino radĭus y engloba a varias cuestiones que pertenecen a diferentes ámbitos.

Es, por ejemplo, una línea luminosa que deriva de cuerpos capaces de irradiar luz (como sucede con los rayos solares), así como también una poderosa chispa natural que tiene carácter eléctrico y que se forma durante una tormenta por la descarga entre nubes o bien por el choque entre algunas nubes y la superficie terrestre.

Una rueda, de igual modo, puede tener piezas que se definen como rayos, noción que está presente también en el área de la geometría para dar nombre a cada semirrecta formada al cortar una línea recta en cualquiera de los puntos que la conforman.

Ante la variedad de significados, resulta imprescindible contextualizar el vocablo cada vez que se lo menciona y hacerlo más preciso para ayudar al receptor del mensaje a determinar si el emisor le habla de los rayos X; los rayos luminosos (categoría que, a su vez, puede subdividirse según las características de cada uno en clases como rayos directos, rayos incidentes, rayos principales, rayos reflejo, rayos refractos, etc.); los rayos cósmicos (tal como se conoce a las partículas subatómicas que llegan desde el espacio con una carga energética muy poderosa); los rayos gamma; los rayos láser o bien del largometraje ruso dirigido por Alexandr Voítinskiy que, en español, se dio a conocer bajo el título de “Rayo Negro”, por citar algunas posibilidades.