El concepto de primate se utiliza en Zoología para identificar a los mamíferos plantígrados cuyas extremidades terminan en cinco dedos en los cuales hay uñas. A este conjunto pertenece el ser humano y sus parientes más inmediatos del reino animal, habiendo en el grupo diferencias en cuanto a origen, aspecto físico, esperanza promedio de vida, tamaños, pesos y hábitos alimenticios, por señalar algunas variables comunes.
Dentro de este orden pueden distinguirse un par de subórdenes: una que engloba a los estrepsirrinos (cuyos integrantes poseen como rasgo distintivo la nariz húmeda) y otra que nuclea a los haplorrinos (organismos que no tienen en torno a las narinas una membrana ni vibrisas en sus hocicos).
Si nos centramos en las características de la superfamilia Cercopithecoidea, por otra parte, lograremos reconocer a los primates del Viejo Mundo, tal como se considera a los monos nativos de Asia y África que se subdividen en más de 130 especies y se enmarcan en una veintena de géneros.
Al día de hoy, a raíz de la desaparición de un gran número de seres vivos, podemos hacer dos grandes segmentaciones en función de su permanencia en la Tierra y referirnos entonces a los primates extintos (en caso de existir algún registro fósil se los señala como primates fósiles) y primates vivos.
Los primates sin cola, los primates herbívoros, los primates carnívoros, los primates monogámicos, los primates de hábitos diurnos y los primates de hábitos nocturnos son otras clasificaciones que nos permiten descubrir al detalle las particularidades del universo primate.