Al buscar datos que nos permitan entender qué y cómo son las praxias descubrimos que esta palabra, por ejemplo, es el nombre de un escultor ateniense que buscó realzar con su trabajo el templo de Apolo ubicado en Delfos pero falleció antes de completar las obras artísticas.

Asimismo, en el campo de la Psicología este vocablo se aprovecha para identificar a las habilidades motoras de distintos grados de complejidad que un ser humano adquiere a lo largo de su vida y que luego desarrolla de modo voluntario cada vez que desea hacer una determinada cosa.

De acuerdo a quienes se especializan en estas acciones, hay una gran variedad de categorías para englobar a cada capacidad, algunas de las cuales describiremos en los párrafos siguientes para ayudarlos a saber más sobre este tema.

Una de las alternativas a tener en cuenta, por indicar un caso específico que pueda tomarse como referencia, es la praxia ideatoria, una destreza basada en la manipulación de un objeto a partir de una serie de gestos y movimientos. La praxia ideomotora, en tanto, lleva a generar una mueca o acción simple de modo intencionado.

Cuando se planifican los movimientos a desarrollar a fin de organizar en el espacio un conjunto de elementos con el objetivo de crear una figura o dibujo, por otra parte, adquiere relevancia la idea de praxia visoconstructiva.

Y cada vez que el rostro es protagonista de un gesto o movimiento ya sea con las cejas, los ojos, la lengua o los labios, se alude a las praxias faciales.