Se describe como perito a toda persona que sabe o se especializa en una cierta temática o actividad y que, por sus conocimientos técnicos, está habilitada para intervenir en diferentes situaciones y hacer que sus opiniones y consideraciones sean tomadas en cuenta. Es interesante resaltar además que, en la práctica, esta palabra identifica a diversos lugares, como ocurre por ejemplo con el glaciar Perito Moreno que se localiza en la provincia argentina de Santa Cruz.
Si hacemos foco en el ámbito judicial, por proponer una posibilidad, lograremos diferenciar entre peritos forenses nombrados desde la Justicia y a los peritos judiciales que son propuestos, en el marco de una causa, por una o ambas partes involucradas para que, de ser aceptados por el fiscal o el juez, puedan contribuir con sus aportes (pruebas, testimonios, etc) al esclarecimiento de una determinada situación. Los peritos médicos son claves para dar a conocer y fundamentar informes que le ayuden al juez a emitir un dictamen sobre diversos casos, así como también son importantes los peritos informáticos para asesorar sobre temáticas vinculadas a la Informática (como la piratería, los delitos financieros, los fraudes a través de Internet, etc).
Cabe destacar que cuando centramos la atención en el área en la cual se especializa cada perito, podemos distinguir entre peritos en balística (aquellos que saben de armas), peritos caligráficos (quienes pueden extraer información analizando escritos), peritos en papiloscopía o lofoscopia (encargados de analizar huellas dactilares) y peritos en documentología (de gran utilidad para confirmar la autenticidad de un documento o pieza), además de las categorías ya señaladas en el párrafo anterior.