A la hora de conservar y proteger información (imágenes, documentos, etc) de manera sencilla y rápida para poder trasladar esos archivos de un equipo a otro, resulta ideal el uso de un pendrive, tal el nombre que recibe el dispositivo de almacenamiento de datos también conocido como memoria USB.
Desde que comenzaron a fabricarse, el mercado se ha nutrido de numerosas variedades, razón por la cual los usuarios tienen a disposición un amplio abanico de opciones a tener en cuenta que varían en antigüedad, capacidad, marca, lugar de origen y diseño, por ejemplo. Hay pendrives de primera, segunda y tercera generación, cada uno con mejoras y evolución tecnológica respecto a las versiones anteriores ya que los más antiguos se presentaron como los sucesores del disquete y, con el tiempo, comenzaron a evidenciar características superiores a ellos, ya sea en el rendimiento de transferencia de archivos, las compatibilidades con puertos, etc.
Es posible adquirir además un pendrive con apariencia de personajes, animales u objetos, así como también se puede usar uno simple de un solo color o personalizarlo con un logo, marca o nombre. En este marco hay pendrives con forma de patines, inspirados en los Simpson o que recuerdan por su diseño a algún alimento, entre otras posibilidades comunes.
Más allá de la forma o presentación de cada dispositivo, es importante considerar la capacidad que tengan al momento de guardar más o menos información. Se pueden conseguir pendrives de 2 GB, 4 GB, 8 GB, 16 GB, 18 GB, 32 GB o 64 GB, por ofrecer precisiones al respecto.