A menudo asociamos la idea de pastilla a una medicación, pero este vocablo posee muchos otros significados. Hay, por ejemplo, pequeñas píldoras sólidas que no son aptas para el consumo (como las pastillas de jabón, las pastillas de naftalina, las pastillas para el baño o las pastillas de olor) y cápsulas diminutas que se incluyen en los instrumentos musicales de tipo eléctrico (como el violín y la guitarra eléctrica) y sirven para amplificar el sonido que también se conocen como pastillas.
A fin de ofrecer mayores precisiones acerca de los alcances de este término, hoy hemos querido describir las variantes de pastillas existentes en distintos ámbitos.
De hacer foco en la industria farmacéutica, por citar una posibilidad, descubriremos que hay pastillas no recubiertas, pastillas de capas múltiples, pastillas recubiertas, pastillas ofrecidas en formato de comprimidos de liberación controlada y otros que ofrecen una cubierta resistente a las secreciones gástricas. Asimismo, hay pastillas que generan efervescencia. Al respecto, hay que decir que más allá de poder ser enmarcadas en alguno de los grupos mencionados, las pastillas recetadas por un médico se diferencian entre sí por las finalidades que tienen. Como sabrán, hay pastillas que ayudan a adelgazar, pastillas con propiedades tranquilizantes, otras de ingesta oral que las mujeres utilizan como método anticonceptivo, pastillas que ayudan a conciliar el sueño, pastillas recomendadas para el dolor de garganta, etc.
Si pensamos, en cambio, en golosinas, encontraremos alternativas como las pastillas de menta, las pastillas con sabor a limón y las pastillas recubiertas con azúcar, entre otras.