Tipos de ordenamiento


El resultado del acto de ordenar se conoce como ordenamiento, una palabra de gran antigüedad que, en otros tiempos, supo servir para identificar a las órdenes o leyes que un superior hacía valer para observar una determinada conducta. Hoy en día, en cambio, este término se emplea para englobar al grupo de normativas relacionadas a las diversas áreas del Derecho y se destina a la identificación de determinadas cuestiones referidas a clasificaciones, preceptos y herramientas del ámbito de la Química, la Ecología y la Informática.

A raíz del amplio alcance de esta palabra, es posible establecer múltiples categorizaciones y reconocer un gran número de aplicaciones que permiten extender el uso de esta noción.

Así, entonces, se puede hacer referencia a la idea de ordenamiento jurídico (conjunto de reglas vigentes en un sitio y época determinados), hablar en otros contextos de ordenamientos por selección (un algoritmo que necesita procedimientos específicos para ordenar una serie de elementos) y generar un ordenamiento por inserción (una técnica común que permite llevar un orden frente a objetos presentados de manera aleatoria).

Se pueden sumar a los mencionados en el párrafo anterior los conceptos de ordenamientos magnéticos (detectables en materiales sólidos cuando los momentos magnéticos tienen una alineación concreta que puede ser paralela o no), ordenamientos ambientales (herramienta que permite integrar las variables propias del medioambiente con las actividades planeadas para el desarrollo sostenible) y ordenamientos urbanos (aquellos que buscan regular la explotación de un territorio y mantener un cierto orden en la vía pública), entre muchos otros.