Mucho de lo que nos rodea tiene y/o genera alguna clase de movilidad, siendo interesante descubrir cómo y por qué surge cada movimiento para poder clasificarlo en función de sus particularidades.
Los expertos en cuestiones mecánicas, por ejemplo, distinguen entre movimiento acelerado (marco en el cual la velocidad se va incrementando a lo largo del tiempo), movimiento retardado (si la velocidad va disminuyendo con el correr del tiempo), movimiento de rotación (cuando un cuerpo se mueve en torno a un eje), movimiento compuesto (logrado a partir de la concurrencia de al menos un par de fuerzas en diferentes direcciones) y movimiento variable (cuando la velocidad registrada no es constante), por indicar algunas categorías. En Esgrima, en tanto, se diferencia entre movimientos violentos (cuando la espada o el sable se orientan hacia arriba), movimientos remisos (si la espada o el sable se dirigen desde el punto central hacia múltiples lados), movimientos naturales (si el sable o la espada tienen una trayectoria hacia abajo), movimientos extraños (si se retiran la espada o el sable) y movimientos de reducción (marco en el cual el arma se dirige desde los lados hacia el centro).
De hacer foco en el campo de la Física, por agregar más opciones a modo de referencia, descubriremos cómo son los movimientos continuos, los movimientos ondulatorios y los movimientos directos, mientras que en el plano de la Astronomía aparecerán como alternativas a tener en cuenta los movimientos diurnos (también conocidos como primarios), los movimientos de traslación, los movimientos radiales, los movimientos propios, los movimientos verdaderos, etc.
Claro que también hay movimientos en muchos otros ámbitos, tal como ocurre con los movimientos naturales, los movimientos migratorios, los movimientos artísticos, los movimientos estratégicos, los movimientos culturales y los movimientos involuntarios, por enumerar otras posibilidades.