Cuando una ley natural o la lógica humana no consiguen explicar un determinado hecho o fenómeno y, por lo tanto, aparece la idea de una intervención divina, extraordinaria y sobrenatural, se habla de milagro.
Para quienes tienen fe, muchas situaciones son definidas como milagros de Dios, de Jesús o de la Virgen, según a quién le pida la intercesión el creyente.
De hacer foco en la Sagrada Eucaristía, podremos aprender que, en cada misa, tiene lugar un milagro metafísico, además de todos los Milagros Eucarísticos que Dios realiza para convencer a aquellos que no creen y para acercar a quienes han perdido su fe en Él.
Los Milagros Eucarísticos, señalan los expertos en este tema, se subdividen en varias categorías: la de Históricos (documentados a lo largo de los años sin intervención de disciplinas científicas), la de Apologéticos (abordados por la ciencia, basados en hostias consagradas que se conservan sin corromperse) y la que engloba a los Milagros Eucarísticos reservados para sacerdotes que, por una u otra razón, han perdido o disminuido su fe.
Al dejar de lado las cuestiones religiosas, por otra parte, logramos identificar a otras clases de milagros. Entre ellos se pueden mencionar los milagros económicos que han tenido lugar en diversos países a lo largo de los años, dando lugar a acontecimientos como el milagro alemán, el milagro japonés, el milagro mexicano, el milagro económico español y el milagro económico coreano, por señalar algunos a modo de referencia.
“Milagros inesperados”, en tanto, es una expresión que alude al título en español de una película norteamericana presentada en 1999.