Si uno repasa las múltiples definiciones que la Real Academia Española (RAE) admite a la hora de detallar qué significa la palabra ‘lazo’ descubrirá que este concepto hace alusión a una gran cantidad de cuestiones, algunas materiales y otras pertenecientes al plano de los sentimientos o afectos.
Quienes se dedican a la ballestería, por ejemplo, describen como lazo ciego a aquel que se utiliza para poder cazar una res sin necesidad de verla. En ciertas culturas, por otra parte, la gente del campo hace uso de los lazos corredizos, una herramienta o arma destinada a tareas de caza y de manejo del ganado.
En análisis de redes y en sociología matemática, en tanto, adquiere relevancia la categoría de lazos interpersonales para hacer referencia a los vínculos que se establecen entre diversos individuos generando portación y transmisión de información. En este marco se reconocen tres modalidades: lazos interpersonales débiles (como los que tienen lugar en las redes sociales), lazos interpersonales ausentes (no poseen un valor sustancial, como ocurre entre los vecinos que residen en una misma cuadra conociéndose de vista pero sin llegar a una relación profunda) y lazos interpersonales fuertes (el vínculo es cercano, recíproco, intenso y perdurable).
El lazo o crespón negro, por indicar otra alternativa que diversifica a la noción, es una cinta oscura que suele emplearse como símbolo de duelo ante el fallecimiento de alguien o una tragedia que enluta a un país. El lazo rosa, en cambio, tiene la finalidad de llamar la atención a nivel internacional sobre el cáncer de mama, con el propósito de crear conciencia y alentar medidas de prevención frente a esta enfermedad.