Es imposible hacer alusión al concepto de itinerario sin pensar en un camino, un trayecto, un circuito o un viaje. Pero esta palabra derivada de un vocablo en latín engloba mucho más que cuestiones turísticas o rutas que se siguen para llegar a un cierto destino.
Para ayudarlos a conocer las diferentes clases de itinerarios que existen, a continuación describiremos múltiples categorías.
Si viajamos en el tiempo, descubriremos por ejemplo que, en el siglo III, surgió el llamado Itinerario de Barro, compuesto por dos pares de tablillas romanas elaboradas con barro para marcar vías del noroeste peninsular. Por ese entonces, surgió el Itinerario Antonino, donde se recogen las rutas y caminos del Imperio Romano.
La expedición hacia la península de Yucatán, Veracruz y Tabasco que dirigió en 1518 el capitán Juan de Grijalva, en tanto, quedó reflejada en un libro bautizado como “Itinerario de la armada”.
Dentro del Opus Dei, por otra parte, el Itinerario Jurídico da cuenta de las transformaciones que, entre 1928 y 1982, tuvo esta institución vinculada a la Iglesia Católica, mientras que el Consejo de Europa distingue como Itinerario Cultural Europeo, por medio del Instituto Europeo de Itinerarios Culturales creado en 1997, a lugares y recorridos que encierren ciertos valores patrimoniales, tal como sucede en España con el Camino de Santiago y la Ruta de Don Quijote, entre muchos otros.
Los itinerarios de lectura, los itinerarios de vuelo, los itinerarios profesionales y los itinerarios personalizados de inserción socio-laboral son otras opciones que demuestran las diversas aplicaciones y significados de esta noción.