Antes de aprender o recordar cuáles y cómo son las variedades que diversifican al conjunto de las inecuaciones es importante repasar la teoría para tener presente las bases de este tema. La definición, en líneas generales, presenta a una inecuación como una desigualdad algebraica donde existen dos miembros o partes relacionados entre sí por signos especiales de mayor, igual o menor que (los símbolos que los representan son como la letra ‘V’ acostada, que se orientan hacia la izquierda o hacia la derecha según cada caso).

Se trata de una inecuación condicional cuando es válida únicamente para ciertos valores de variables, mientras que se identifica como inecuación incondicional a aquella que posee validez para todas las variables.

La cantidad de incógnitas a resolver y la potencia que ellas tengan llevan a ajustar los parámetros de clasificación para dar origen a inecuaciones de distintos niveles de complejidad. Existen, en este marco, inecuaciones de dos o más incógnitas, inecuaciones lineales (o de primer grado, cuando el exponente es uno), inecuaciones cuadráticas o de segundo grado (si la incógnita se eleva al cuadrado), inecuaciones cúbicas o de tercer grado (si se eleva la incógnita al cubo), etc.

A medida que uno domina el tema puede poner a prueba sus conocimientos y capacidades para la resolución de cálculos con inecuaciones racionales (cuyas incógnitas aparecen en el denominador) o con inecuaciones simultáneas (aquellas que poseen soluciones comunes), así como también es posible realizar ejercicios de inecuaciones exponenciales, inecuaciones logarítmicas, inecuaciones polinómicas o de inecuaciones trigonométricas, por señalar otras alternativas a modo de referencia.